miércoles, noviembre 29, 2006

30 días para la reflexión. Día 29: Fin y cierre (por mi parte)

Quiero empezar agradeciendo en esta última intervención a las y los compañeros que han ayudado a montar esta iniciativa y que demuestra que en 30 días hemos hablado de SIDA sin repetir ningún tema, lo que indica que hay mucho que hablar. Esta iniciativa la han leído cerca de 1200 personas de muy distintas partes del mundo, España, México, Argentina,… y aunque muy pocos

Hemos cumplido ya 25 años desde el primer diagnostico de VIH/SIDA. Cuando me he puesto a escribir el texto de presentación para el memorial del Día Mundial contra el SIDA el próximo 30 de noviembre en la Puerta de Alcalá (a las 21h) he ido listando los temas importantes que quería recalcar y me he dado cuenta que son los mismos que el año pasado. Que 365 días después, estamos en el mismo punto del camino.

Este blog ha servido para HABLAR de SIDA. Después de 25 años de lucha es tiempo de hablar, de reflexionar, de analizar, de proponer…. Tengo la sensación de que el VIH/SIDA se ha convertido para las organizaciones en un tema de tal importancia que nos limitamos a ejecutar los programas, repetir el mensaje y nos guardamos las ideas que nos surgen evitando cualquier tipo de innovación. El SIDA se ha convertido en un tema tabú del que simplemente, no se habla.

Ha servido también para quitarnos de encima muchas frustraciones, para hablar de lo que es “políticamente incorrecto”, para decir lo que nos parece sin ningún tipo de cortapisa, para expresar nuestra rabia y nuestra indefensión en un tema en el que nos sentimos solos. Somos conscientes que los únicos que tienen la capacidad de ponerle remedio a una enfermedad que está minando la salud de nuestros jóvenes, que condena al peor de los armarios a nuestros compañeros o que llena de miedo a otros tantos, son las propias administraciones. Solo con una política efectiva, valiente y decidida, una política con acciones integrales en el campo de la educación y de la salud fundamentalmente se puede luchar contra esta amenaza. Cualquier otra cosa, no sirve de nada y corresponde únicamente a una política de parches.

Desde aquí quiero decirle, ahora que estamos casi en periodo electoral, a todos los partidos políticos, que se tomen en serio el SIDA, que asuman que es un problema real, que reclama soluciones reales, y cuando algo tiene solución, no implicarse al máximo en ello, es desleal para con los ciudadanos y ciudadanas.

Myriam Navas
Presidenta de COGAM

martes, noviembre 28, 2006

30 días para la reflexión. Día 28: Un espacio para la libertad

Es difícil sentirse seguro en un mundo que juzga, culpabiliza, rechaza y, finalmente, estigmatiza e invisibiliza. Es difícil sentirse comprendido en una sociedad que huye despavorida de todo lo que no suene a triunfo, belleza y vida para siempre. Es difícil ser uno mismo cuando nadie escucha, ni se detiene a contemplar unos ojos que a veces expresan dolor y otras veces esperanza. Es difícil descansar, saciar esa avidez que mordisquea y desgarra el corazón, cómo no! si el ruido y las prisas ensordecen los oídos y ciegan las miradas.

El VIH es un virus que destruye los CD4, la inteligencia del sistema inmunológico, pero también destruye las ilusiones, los sueños y la fe que uno tiene en sí mismo, es decir, la inteligencia del sistema emocional. Los laboratorios y los científicos investigan cócteles de antiretrovirales que permiten que los CD4 mantengan sus niveles y puedan hacer su tarea de centinelas de la salud física. Quizá la sociedad que se tiene por avanzada y tolerante y moderna y progre considere que eso es suficiente, pero no lo es.

El juicio sumarísimo que lleva a estigmatizar e invisibilizar al seropositivo es un virus real y muy dañino y sobre el que la sociedad no reflexiona. Y el cóctel de medicación para combatirlo no exige inversiones millonarias, ni infraestructuras, ni doctores, ni sesudos estudiosos. ¿Sabéis lo que exige? … pues exige algo que casi nadie quiere abordar ni siquiera para su propia vida. Combatir la estigmatización e invisibilidad de los seropositivos exige valentía, aceptación plena, amor incondicional a todo y a todos, y fe inquebrantable en la vida.

Valentía porque si bien cualquier enfermedad produce miedo y el rechazo a la misma es propio de las bestias, creo que el ser humano ya ha avanzado lo suficiente para afrontar con valentía una realidad, la de que existe la muerte. Aceptación plena porque sólo con ella se puede contemplar a la persona como única, irrepetible y excepcionalmente bella. Amor incondicional a todo y a todos porque sin él no se puede llegar a percibir el deseo increíblemente intenso de ser feliz que late tras cada persona. Y, por último, fe en la vida, creencia y esperanza en que todo sigue y siempre, tras la oscuridad, espera el amanecer. Sin esta fe en uno mismo y en la vida todos los que formamos parte de la sociedad seguiremos empeñados en controlar y acumular y apropiar y nos perderemos el mejor regalo … somos personas y tras cada uno de nosotros se esconde un motivo de vida, un sentido de ser y a ello debemos dedicar nuestro talento y nuestro aliento.

Los participantes de las sesiones de autoayuda de Entender en Positivo son un ejemplo para la sociedad de valentía, de aceptación, de amor y de fe en la vida. Ellos se han convertido con su voluntad y fuerza en parte de nuestra vida y de nuestra inspiración. Con toda nuestra admiración, gracias a todos siempre.

Voluntarios, facilitadores y usuarios del Grupo de Ayuda Mutua "Entender en Positivo".

lunes, noviembre 27, 2006

30 días para la reflexión. Día 27: Invisibles entre los invisibles

Hace unos días, escribíamos en el blog sobre las poblaciones “invisibles” de la epidemia. Aquellas que, siendo muy vulnerables por sus situaciones de discriminación, desigualdad, ausencia de recursos o de información adecuada son precisamente las que menos voz tienen y a las que menos atención les damos desde las organizaciones y desde la administración. Por supuesto, todas las personas que viven con el VIH merecen la misma atención y el mismo respeto. No sólo porque quisiera pensar que hemos superado aquella diferenciación obscena y absurda entre “victimas inocentes” y “las otras víctimas”. Y desde luego, todas las poblaciones que por su situación de desigualdad son vulnerables merecen ser tenidas en cuenta y ser escuchadas, así como que se destinen recursos informativos, de apoyo y sociales para acabar con esa desigualdad y mitigar esa vulnerabilidad.
Siempre que hablamos de SIDA en el primer mundo hablamos mucho de los jóvenes y los adolescentes; nos preocupa porque están en ese proceso en el que todo lo que reciban acerca del sexo, de la vivencia de las relaciones sexuales va a marcar su sexualidad. También hay datos alarmantes como el índice de ITS en jóvenes y el número de interrupción de embarazos que nos están diciendo algo. Pero lo cierto es que cuando uno deja de ser joven pareciera que ya no necesita recibir atención por parte de las campañas de prevención; todos esos ex jóvenes, de todas las orientaciones sexuales, que hemos crecido en un contexto donde la educación sexual era más bien “educastración” y genitalidad pura y dura. ¿Quién se acuerda, por ejemplo, de hacer prevención específica para hombres heterosexuales que no sean usuarios o ex usuarios de drogas? Porque pareciera que la “perspectiva de género” muchas veces se limitara sólo a hacer trabajo con ellas (lo que por otro lado, es vital, desde luego). Bien es cierto que precisamente los hombres heterosexuales son quizá la población menos "excluida", pero no es menos cierto que el modelo de masculinidad en nuestro mundo actual está en crisis y muchos hombres carecen de referentes sobre como construirse como hombres en un mundo más igualitario y justo.
Los datos de nuevos diagnósticos de SIDA sugieren que gran parte de las infecciones tienen lugar durante la vida adulta, cuando la adolescencia ya quedó atrás… ¿Alguien se ha fijado en la ausencia de los mayores en la práctica totalidad de las intervenciones de prevención? Estos mayores, los gays por ejemplo, que se han tragado con lágrimas y sufrimiento la peor parte de la epidemia, la de los inicios, la de la falta de esperanza, la de ver morir a amigos, compañeros, amantes, parejas… y a quienes ahora no sólo les hemos excluido de los mensajes preventivos. Les hemos excluido de todo; del ambiente, de los espacios de socialización. Y esa exclusión es la que les hace de nuevo vulnerables. Estamos reforzando mensajes peligrosos: no hay lugar para ellos, no apoyamos su autoestima… ¿por qué habrían de cuidarse? Podríamos hablar y os animo a que lo hagáis en comentarios sobre otras poblaciones invisibles entre los invisibles. Algunas que me vienen a la mente son los inmigrantes, los discapacitados…
Alberto Martín-Pérez
Vicepresidente y coordinador comisión de salud de COGAM

domingo, noviembre 26, 2006

30 días para la reflexión. Día 26: En días cercanos al 1 de diciembre

Me gustaría, en estos días cercanos al 1 de diciembre, mandar un mensaje de optimismo y aliento sobre todos los esfuerzos que se hacen para evitar las nuevas infecciones de VIH y sobre la lucha para romper los mitos que aún siguen en pie sobre el SIDA. En estos últimos años en los que las infecciones por vía sexual han aumentado (también en las relaciones sexuales entre hombres) en nuestro rincón del mundo, se tienden a aumentar los comentarios de culpa hacia el colectivo gay de su situación de afectación por esta pandemia. Los que critican a los nuevos infectados deberían redirigir su crítica a la escasez de informacion o atención que dispone mucha gente, especialmente gente joven de la que muchas veces se presupone muy informada y que no es cierto. Me gustaría hacer un llamamiento también a la lucha contra la lucha contra el uso del preservativo, las relaciones homosexuales y las opciones de práctica sexual que no son la abstinencia ni la fidelidad sexual. También quiero expresar mi esperanza en los avances de la ciencia en todos los ámbitos del VIH/SIDA.

Nacho. Coordinador del grupo Nexus de COGAM.

sábado, noviembre 25, 2006

30 días para la reflexión. Día 25: Romper la discriminación

"Como podemos ver, la discriminación genera intensas emociones, habitualmente de corte negativo. Algunas de ellas tienen que ver con el miedo, pero el miedo no sólo tiene que ver con el que recibe discriminación, sino con quien la provoca. En el espacio de la Práctica Cotidiana, la discriminación no parece producirse solamente por el miedo al contagio, tal y como enuncian algunos participantes en el estudio, sino por el miedo a los distintos, a los que viven y actúan de forma diferente a lo que pauta el grupo normativo. Desafortunadamente, la impresión es que son las emociones y no los valores lo que acaba guiando la conducta de muchos de los interlocutores que aparecen en las situaciones descritas.
En este sentido, el itinerario de la exclusión está bastante bien definido. Hay un cierto consenso en que existen tres tipos de factores que conforman este itinerario: la ausencia de recursos básicos para la supervivencia (economía, formación que facilite el empleo, etc.), la vulnerabilidad de los tejidos relacionales y, por último, la pérdida de significados, de sentido vital para seguir luchando. La exclusión, por tanto, a través de estos tres factores puede fácilmente conducir al VIH. Lo que ocurre es que el mismo proceso puede suceder a la inversa, es decir, que el VIH puede llevar también a la exclusión, precisamente por sus dificultades en el acceso a recursos básicos (enormes dificultades para el empleo, etc.), por la invisibilización que lleva a la pérdida de grupos de pertenencia válidos y por el estigma o significado de índole moral o psicosocial que acarrea la infección. Exclusión y VIH son caminos bidireccionales, a no ser que rompamos con las situaciones de discriminación"

Extraido de las conclusiones del estudio "Discriminación y VIH/SIDA 2005. Estudio FIPSE sobre discriminación arbitraria de las personas que viven con VIH o SIDA"

viernes, noviembre 24, 2006

30 días para la reflexión. Día 24: La jerarquía católica perjudica gravemente su salud

Hoy me desayuno con la noticia de que el Vaticano se plantea “aceptar” el uso del preservativo en algunas situaciones especiales. Se lo plantea… A lo mejor… Pero no para todos los casos, que eso es libertinaje. Puede que lo acepte… Pero en un asunto de salud pública como es esta, ¿qué tiene que aceptar la iglesia? No sólo se inmiscuyen en la vida política. Se inmiscuyen en la salud pública… Lo aceptarían “como mal menor”… ¿y se creen que esto es un cambio? Esto es una absurda bula papal

Y en cualquier caso, demasiado tarde, me parece.

A la espera de que alguien en el arzobispado se digne a contestarme a mi y a cientos de personas que hemos pedido que nos "borren" de sus listas, llega el momento de hablar del papelón de la jerarquía eclesiástica en todo este asunto del sida. A ver si les doy motivos para que me borren de una vez. Quedarnos en el condón cuando hablamos de iglesia y sida es insuficiente, es solo lo evidente. Nuestra gran reivindicación es la aceptación incondicional del uso del preservativo. Reivindicación que por cierto, un buen número de asociaciones religiosas, cristianas de base, ya han asumido hace mucho tiempo, y a este respecto debemos ser justos y reconocer su labor. Pero no allí, en Roma. Cuando hace 25 años el SIDA apareció en escena, se lo concibió como un cáncer rosa, y de ahí era inevitable esa idea de castigo divino. Esto nos pasaba por maricones. Sencilla y llanamente. Era la ira de dios. Yo no sé si esto se dijo exactamente desde dentro de la iglesia, pero lo dijera quien lo dijera es evidente quien alimenta la idea. Muchos millones de “divinamente castigados” después, - homosexuales, heterosexuales y en especial los y las que menos recursos tienen- la posición de la iglesia respecto a la prevención sólo se mueve de esta manera ridícula. Algún día tendrán que responder por ello. Son los padres ideológicos de la política del abc (abstinence, be faithful, condom) que fracasa estrepitosamente en la mayor parte del planeta. A la vista está. Pero ellos erre que erre, que si “los” estudios (y tienen el valor de llamarlo “estudios”) indican que el condón falla… pero volvemos al condón, y una vez más las ramas no nos dejan ver el bosque.
La iglesia ha alimentado un pensamiento perjudicial para gays, lesbianas y transexuales: que no valemos nada. Que a pesar de que se nos pueda compadecer, de que se nos haya dotado una cierta humanidad, somos en el fondo personas de segunda categoría. Muchos y muchas hemos crecido con esos valores. Igual no los tenían nuestras familias, pero estaban en la sociedad, en los medios, en la enseñanza. Y años y más años oyendo estas ideas o similares pesan; tanto que una parte importante acabamos por creerlo de manera más o menos consciente: no valemos nada. No tiene sentido que nos cuidemos, nuestra salud no importa. ¿para qué protegerse frente al vih? ¿para qué tener una actitud activa de cuidado de nuestra salud si en el fondo nos están diciendo que nuestra vida no vale nada? Esas ideas de las que la iglesia es responsable son las mismas que animan a la realización de actos homófobos. Mejor que la homosexualidad no existiera porque va contra los “planes de dios”. Somos una lacra. Y esa idea, modificada, matizada, y que parece de la edad media sigue aquí; la vemos en esas páginas web surrealistas que incitan al odio (hazte oir), en declaraciones como la de la ex secretaria de la real academia de doctores o en los actos de violencia homófoba contra los que hoy estaremos protestando en la estación de Príncipe Pio. Y este acto es también una reivindicación de nuestra salud.

Alberto Martín-Pérez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud

jueves, noviembre 23, 2006

30 días para la reflexión. Día 23: Mujeres lesbianas frente a la infección por VIH/SIDA (y II).

Volviendo al VIH y las mujeres lesbianas y bisexuales, la confusión sobre su transmisión por el sexo entre mujeres está sustentada en esa invisibilidad de la que acabamos de hablar y del doble discurso que se realiza desde las instituciones sanitarias y que las mujeres lesbianas hemos interiorizado. Un ejemplo, si nos referimos al cunnilingus: si una pareja heterosexual realiza un cunnilingus es una práctica de bajo riesgo para la transmisión del VIH, pero se dice. Si esta misma práctica (cunnilingus) es realizada por una pareja de lesbianas el riesgo para la transmisión del VIH ni siquiera es nombrado. No hay más que ver el último folleto preventivo de la Consejería de Sanidad de Madrid donde se dice en una misma página que el cunnilingus es una práctica de bajo riesgo y que otras infecciones (pero no el VIH) se pueden transmitir por el sexo entre mujeres. ¿Sabrán que las lesbianas practicamos el cunnilingus? Probablemente ni sepan lo que hacemos en la cama.

Las mujeres lesbianas hemos interiorizado que si no hay relaciones heterosexuales somos inmunes al VIH y a otras ITS y que, por extensión, no debemos hacernos revisiones ginecológicas. Pero las lesbianas tenemos derecho a una buena salud sexual entendida en un sentido amplio “incluyendo la prevención y tratamiento de las enfermedades y otros trastornos, de tipo sanitario, psicológico, emocional y social que interfieren en la sexualidad”.

Ausentarnos de los sistemas de vigilancia médica periódica, de hecho, nos hace vulnerables frente a las consecuencias de bastantes ITS complicándolas, como en el caso del VPH (Virus del Papiloma Humano) causante del 70% de los canceres de cuello uterino (tipos 16 y 18). Además, un estudio realizado en USA en 1993 sobre el cáncer de mama sugiere que los tres factores que más correlacionan con el riesgo de padecer cáncer de mama son ser mayores de 50 años, uso de alcohol y no haber sido madre. Las mujeres que reúnen estos factores de riesgo tienen de dos a tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad. Muchas mujeres lesbianas podremos, probablemente, reconocernos en el perfil descrito.

Practicar sexo seguro no quiere decir que el sexo deje de ser divertido o que nos tengamos que plastificar de pies a cabeza. ¿Qué debe suceder para que se pueda dar la posibilidad de transmisión del VIH? En primer lugar la presencia del VIH, en segundo lugar un fluido capaz de trasmitirlo de la persona seropositiva (sangre, semen y flujo vaginal) y en tercer lugar una puerta de entrada al organismo de la persona seronegativa (heridas, microheridas, mucosa vaginal, anal y bucal). Se tienen que dar las tres a la vez para que hablemos de la posibilidad de transmisión del VIH.

No todas las prácticas sexuales representan el mismo riesgo para la transmisión del VIH. El cunnilingus es una práctica de muy bajo riesgo para la transmisión de VIH y para reducirlo más aún puedes utilizar un cuadrante de látex, plástico de envolver alimentos o un preservativo abierto. Si decides no utilizar nada, observa que no haya presencia de sangre menstrual o llagas y que no tengas heridas en la boca. En prácticas penetrativas (anal y vaginal) si utilizas juguetes sexuales no los intercambies. Si lo vas a hacer, utiliza preservativo para cada una o lávalos con agua y jabón. Si penetras con los dedos sucesivamente a tu compañera y a ti misma, habría algún riesgo en presencia de sangre menstrual si tienes heridas, quemaduras, si te muerdes las uñas…Utiliza guantes o dediles. Tanto para penetración con dedos como con juguetes, utiliza en tus prácticas además lubricantes hidrosolubles. Lo hará más placentero y disminuirá el riesgo.

Marisa Planet
Técnica de prevención. Grupo de prevención de COGAM

miércoles, noviembre 22, 2006

30 días para la reflexión. Día 22: Pobre Esperanza.

¿Cómo no solidarizarse con la Presidenta de la Comunidad? Pobre Esperanza Aguirre, pobre, pobre… que le cuesta tanto llegar a fin de mes. Hay que ver lo poco que cunden casi 100.000 € anuales, unos 8.000 € al mes, ahi es nada. La pobre, afirma que hasta ha tenido que vestirse en Zara (eso sí, supongo que en el del ABC Serrano). Claro, los que vivimos en casas de 26 metros cuadrados, con techos de poco más de metro noventa de alto, evidentemente gastamos mucho menos en la luz… pero ella, pobre… ¡vaya facturas de la luz que le llegaran con esos techos!

Sonaría a broma si no fuera porque ella mismo lo afirma en una biografía recientemente publicada. “no tener pagas extras me tiene mártir; las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes ¡es que muchas veces no llego!”. Esperanza Aguirre tiene el deber moral de pedir perdón, a quienes realmente lo pasan mal para llegar a fin de mes, entre ellos los pensionistas seropositivos que cuando ellos gobernaban tuvieron que defender con uñas y dientes sus ya exiguas pensiones, porque, a golpe de decretazo, (el tristemente famoso 1971/1999 de diciembre de 1999) a punto estuvieron de cargárselas todas. El decreto plasmaba el procedimiento para el reconocimiento, declaración y calificación del grado de minusvalía, en el que se contemplan las especificidades respecto a la infección por VIH, con baremos discriminatorios y que no contemplaban el impacto psicosocial de la enfermedad, que repercuten severamente en la vida diaria de quienes viven con el VIH. El movimiento asociativo unió esfuerzos contra este decreto, lo que se consiguió en 2003 (R.D. 1169/2003). Aún así, los seropositivos y seropositivas tienen dificultades a la hora de solicitar pensiones de minusvalía, de cuantía más bien escasa.
Dependiendo del número de personas que componen la unidad familiar y los ingresos una persona seropositiva puede cobrar una prestación mínima de 75,39 € al mes. La pensión "estandar" es de unos 301,55 € que se puede incrementar hasta un 55% si hay terceros dependientes. El máximo que puede cobrar una persona seropositiva, sin otros ingresos y con más de un 75% de minusvalía es de 492,33 € al mes. Eso sí, al menos tienen pagas extraordinarias, no como la pobre Esperanza Aguirre. No olvidemos que muchas de estas personas que se encuentran con discriminación cotidiana en el ámbito laboral. A ellos y a ellas sí les cuesta llegar a fin de mes y hacerlo con dignidad. A muchos y muchas hasta comprar en Zara nos puede parecer un exceso.

Esta es la sensibilidad de la Presidenta y de su partido hacia las personas que viven con el VIH. Que se ponga un lazo rojo el uno de diciembre, para mí ya no tiene ninguna valía. Se ha retratado perfectamente

Alberto Martín-Pérez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud

martes, noviembre 21, 2006

30 días para la reflexión. Día 21: Mujeres lesbianas frente a la infección por VIH/SIDA (I)

Uno de los mitos sobre el VIH/SIDA más comunes dentro de la comunidad lésbica es la de su propia invulnerabilidad. Como son menos visibles, la comunidad lésbica –junto con muchos investigadores y científicos- no se han preocupado sobre el problema del VIH y las lesbianas. Parece claro que es más difícil que el VIH se transmita entre mujeres por sexo sin protección que por compartir material de inyección o por tener sexo sin protección con un hombre. Aún así, es posible que el flujo vaginal de las mujeres seropositivas pueda tener una alta concentración de VIH, y especialmente cuando hay presencia de otras ITS.

Un estudio realizado en 2003 por Ser Positivas y Creación Positiva en Madrid y Cataluña, con una muestra de 268 mujeres seropositivas, nos hace patente una realidad; las mujeres seropositivas lesbianas (un 2,8% de la muestra) y bisexuales (un 6,8%) existen, al margen de cuál haya sido la vía de transmisión. Que el VIH/SIDA no es algo que afecte siempre a l@s otr@s.

Sin duda, la homofobia actúa como barrera para el acceso de las lesbianas a los recursos sociosanitarios y por tanto a un mejor cuidado de nuestra salud. Y contribuye a retroalimentar nuestra invisibilidad y la de nuestras relaciones homosexuales dentro del sistema sanitario y en el imaginario colectivo. Todo ello no contribuye a facilitar, sino todo lo contrario, la normalización de la visita ginecológica periódica de la mujer lesbiana, ni el diálogo abierto con los profesionales de atención primaria respecto a cuestiones que tienen que ver con lo sexual, apoyado por la presunción general de heterosexualidad. Podemos ir con nuestras parejas a consulta, pero siempre se “entenderá” que es nuestra amiga, nunca nuestra pareja.
Marisa Planet
Técnica de prevención. Grupo de prevención de COGAM

lunes, noviembre 20, 2006

30 días para la reflexión. Día 20: 1 de diciembre

Todos los años, al llegar el 1 de Diciembre, nos volvemos a acordar del VIH / SIDA y todos estos primeros de diciembre denunciamos comportamientos de administraciones públicas, de Estados, de ciudadanos concretos y , en fin, de todo aquello que huele a juzgar comportamientos en lugar de luchar contra una situación serológica concreta o una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Una situación, la de los seropositivos, que está muchas veces tintada de soledad, incomprensión, prejuicios...
Quizás deberíamos reflexionar sobre los seropositivos, no cómo grupo, si no uno a uno, cómo personas que son portadoras de un virus que pueden transmitir, y eso les hace vulnerables y les crea multitud de conflictos en su vida privada y en sus relaciones, hasta el punto de, a veces, renunciar voluntariamente a ellas.
Personas que arrastran una enfermedad con medicamentos a veces complicados de tomar o de viajar con ellos a cuestas, con efectos secundarios que algunas veces desaparecen por si solos y otras veces obligan a cambiar los mismos.
Es cierto que en España se puede vivir con el VIH y considerarse cómo una enfermedad crónica, no así en otras partes del planeta, pero el día a día de un enfermo no es deseable de ninguna manera, por eso es imprescindible una buena política de prevención que llegue sobre todo a los jóvenes, sé que los colectivos la llevan a cabo y con gran éxito, pero es insuficiente porque son pequeños y no pueden abarcar todo lo que, sin duda, quisieran. Deben ser las administraciones las que se impliquen más, potenciando la acción de los colectivos y asociaciones.
Sin embargo, también desaparecen personas por el SIDA en España y hay que decirlo aunque sea triste. Desde aquí quiero enviar un especial recuerdo a tod@s los que en este año nos han dejado, seguirán presentes en nuestra memoria.

Ángel García Pascual - voluntario de COGAM.

sábado, noviembre 18, 2006

30 días para la reflexión. Día 19: Sobre el Barebacking

Desde los Estados Unidos, como tantas cosas que nos han llegado desde allí. Bareback tiene como traducción “montar a pelo”, es decir, en nuestro contexto follar sin protección. Seguro que no nos pondríamos de acuerdo sobre el alcance y extensión de este fenómeno en nuestro país, porque cada uno lo contemplaríamos desde nuestra visión. Basta que lo hayamos visto un par de veces en algún sitio, o que nos encontremos con frecuencia perfiles en internet de “barebackers” para pensar que es algo común. De entrada, su sola existencia es preocupante por minoritario que sea. Pero, como en todo lo referido a la sexualidad, generalizar tiene su trampa.

En realidad la traducción “follar a pelo”, si no falsa, es incompleta. No se puede afirmar que “practicar bareback” equivalga a “practicar sexo no seguro”. Existen un buen número de motivos para follar sin condón: inseguridad, falta de habilidades o de autoestima, miedo a quedarme sin el ligue, minimizar el riesgo de la infección, estar enamorado, tener un calentón, no tener un condón a mano, estar bajo el efecto del alcohol o las drogas… pero nada de eso es barebacking.

Barebacking es tener sexo no seguro de una manera consciente y supuestamente informada. Quienes lo practican saben qué es el VIH, como se transmite y como se previene, pero de una manera intencional buscan activamente infectarse o bien no les importa la posible transmisión por una serie de motivos:

Querer experimentar: cuando ya se ha hecho “de todo” de alguna manera se piensa que infectarse es “lo más”.
Estar harto de la prevención, el sida y los condones. Puede ocurrir que algunas personas tengan dificultades para ser constantes con el condón. En ese caso, puede aparecer la idea de que “antes o después me infectaré, y cuanto antes ocurra, antes dejaré de preocuparme”.
Pertenecer a un grupo. Si toda mi vida he sentido que no pertenezco a nada, se podría pensar que infectarse es pasar a formar parte de una “hermandad”… claro que esto en nuestro contexto es más bien absurdo, porque por todo lo que hemos dicho en el blog, tal comunidad de gays seropositivos no existe en nuestro país. Quizá en Estados Unidos o Reino Unido.
Transgredir las normas. Si el sexo seguro es una norma para la comunidad gay, quienes se sitúan en subculturas de la trasgresión de normas, roles, papeles sexuales, ¿por qué no iban a transgredir también la norma del sexo seguro?
Todo ello ocurre en un contexto en el que se ha relativizado la gravedad de la enfermedad y se desconoce el día a día de las personas infectadas, sus complicaciones a nivel médico, emocional y social.

La mayoría de hombres gays usan de manera habitual el preservativo. Tener episodios excepcionales de sexo no seguro es algo que alguna vez le ha ocurrido prácticamente a todo el mundo con más de cinco o seis años de experiencia sexual a sus espaldas. Eso no nos hace barebackers. Por cierto, y por aquello de “la responsabilidad”; todos los estudios indican que la práctica totalidad de los seropositivos que conocen estar infectados por el VIH utilizan preservativo de manera constante en la penetración.

En un estudio muy reciente en el que COGAM ha participado con la Universidad Autónoma de Madrid, aún sin publicar, sobre los usuarios de locales de sexo anónimo, no se ha encontrado evidencias de que exista algo así como una cultura del barebacking en Madrid. No pretendo restar importancia al fenómeno, ni digo que no exista. Sólo digo que es minoritario y no representa la sexualidad de los hombres gays y bisexuales. Confundir barebacking con sexo no seguro, sin más, como se está haciendo en algunos medios es confuso y tendencioso. No todas las personas que tienen sexo no seguro son barebackers. Decir esto, lleva implícita la afirmación de que la sexualidad de los gays es irresponsable y apoya los argumentos de quienes ven en la sexualidad gay una sexualidad enferma. Hay que estudiar este fenómeno y preguntarse qué está haciendo esta sociedad, el sistema educativo, sanitario, laboral… todos los implicados, para que un grupo de personas, de esta manera tan terriblemente consciente, piensen que su salud no tiene ningún valor, o que vale más sentir que uno encuentra su “lugar” en el mundo.

Alberto Martín-Pérez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud

30 días para la reflexión. Día 18: Hablemos de SIDA

Ya se han cumplido 25 años desde el primer diagnostico de SIDA. El sida a muchos y a muchas nos ha cambiado, hay un antes y un después de 1981. Después de esta fecha nos cambió la forma de vivir el sexo, el amor, la amistad, el activismo…

Los primeros años fueron muy duros, fueron muchos los que fallecieron, los que tuvieron que sufrir el golpe del diagnostico que significaba una condena a muerte casi segura, la ausencia de los medicamentos, y el rechazo de la sociedad, que les culpabilizaba por su enfermedad, “castigo divino, cáncer rosa…”

Afortunadamente, después llegó la esperanza con los nuevos fármacos, los nuevos tratamientos médicos que permitieron a las personas seropositivas mirar al futuro aumentando de forma considerable su esperanza de vida, al aumentar sus defensas y disminuir de una forma importante la carga viral. Recuerdo que cuando empezamos a ver los resultados positivos de la medicación, hablábamos de que se había ganado en calidad de vida. Comentando esto en una charla sobre el VIH/SIDA, se me acercó una compañera seropositiva y me dijo que de ganar en calidad de vida nada de nada. Realizarse analíticas, recibir múltiples tratamientos, sufrir los efectos secundarios nada agradables de algunas medicaciones y otras cuestiones que hacen muy difícil el día a día….

Desde los medios de comunicación se nos informa que los casos de sida disminuyen y esto puede llevar a confusión, en muchas ocasiones se piensa que esto quiere decir que lo que disminuyen son las transmisiones del VIH. Desafortunadamente las transmisiones están subiendo de nuevo, también en la Comunidad LGTB. Una doctora de un centro donde se hace la prueba del VIH en Alicante, me comentaba el alarmante incremento de jóvenes gays a los que les estaba dando el resultado positivo. No quiero ser excesivamente pesimista, pero si seguimos así, vamos a tener una nueva generación de gays duramente castigada por el sida.

Y todo esto hablando de la prevención del VIH, si hablamos de la prevención del SIDA la cosa no parece mas halagüeña. Lo que más tenemos en nuestra comunidad son seronolose, es decir aquellos que teniendo prácticas de riesgo no se han hecho la prueba, y que por lo tanto puede que se enteren del resultado cuando sea más difícil aplicarles un tratamiento eficaz.

La visibilidad, esa herramienta tan eficaz por haber conseguido grandes avances en el movimiento LGTB, brilla por su ausencia en cuento a las personas seropositivas. No hablamos del VIH/SIDA en ningún espacio, sigue siendo un tema tabú y esto favorece la discriminación. Por eso quiero felicitar a los compañeros y compañeras de COGAM, esta iniciativa es importantísima porque tenemos que hablar del SIDA, porque como ya nos está pasando si olvidamos nuestro pasado, nos va a volver a ocurrir.

Yo quiero seguir hablando de esto. A veces tengo la impresión de que si no hablo del sida las caras de Domingo, Jaime, Lola, Paco, Clara, Roberto, Pepin, José, se van a empezar a borrar de mi memoria.

Toni Poveda Martínez
Área de Salud Integral de la FELGT .

viernes, noviembre 17, 2006

30 días para la reflexión. Día 17: Una de consultas

A pesar de toda la información que disponemos sobre el VIH y cuales son sus vías de transmisión, no son pocas las personas con independencia de su orientación sexual, (esto lo venimos observando en nuestro trabajo diario en el grupo de prevención de VIH de COGAM), que no han accedido a información clara y precisa acerca de cómo prevenir la transmisión. A veces lo que ocurre es que reciben mensajes contradictorios y hasta erróneos, en ocasiones dentro del propio sistema sanitario, -no es la primera vez que oímos decir a un medico que “la saliva puede transmitir el VIH”-. También pueden realizan una exhaustiva búsqueda de información en internet, sin verificar las fuentes de dichas informaciones, por lo que es bastante habitual que estas personas utilicen un lenguaje muy técnico sobre la infección por el VIH, identifiquen en sus discursos prácticas sin riesgo como prácticas con riesgo teórico, y por lo tanto, a evitar.

Este último grupo puede, a la vez, minimizar la peligrosidad de las prácticas con alto riesgo para la transmisión del VIH, envolviéndolas en un entorno de “protección imaginaria” (“solo tengo estas prácticas con aquellos a quienes amo”, “yo no voy a saunas”, “no práctico cruising”,“ tengo confianza en mi pareja”, etc...). Es decir, personas que con el mismo nivel de información pueden pensar que follar sin condón con alguien de quien te fías es asumible pero que se aterrorizan con la idea de que las ladillas puedan funcionar como mecanismo de transmisión. O se obsesionan porque ¡se rascan la cabeza y se hacen heridas en el cuero cabelludo! Me pregunto qué desconocida práctica sexual podría implicar algún riesgo en esta circunstancia… no es cuestión de hacer un muestrario de consultas inusuales, pero dan para escribir un libro.

También tenemos consultas de personas para quienes el riesgo se asocia a colectivos determinados (gays seropositivos, trabajadores y trabajadoras del sexo). Y cuando las trabajadoras del sexo son transexuales se encienden las alarmas de los consultantes. Da igual que digas que, aparte de que lo hayan hecho con condón, la prevalencia de VIH entre las trabajadoras del sexo no transexuales es menor que la de la población general de mujeres, que digas que los seropositivos que saben que están infectados son quizá los más constantes en el uso del preservativo. No, necesitan oír que no, que no han tenido prácticas de riesgo para la transmisión del VIH. Insistes en comentarles que no tiene que ver con lo que eres, ni con lo que haces sino con cómo lo haces. Lo que estas actitudes y demandas de información nos están mostrando son los prejuicios e informaciones erróneas que se tienen acerca de las personas seropositivas y los/as trabajadores/as del sexo.

Marisa Planet
Técnica de prevención. Grupo de prevención de COGAM

jueves, noviembre 16, 2006

30 días para la reflexión. Día 16: Los osos contra el SIDA.


Javier Saez me acaba de mandar esta foto. Es la nueva campaña de “pelos si, a pelo no” de los osos contra el sida. La imagen es muy divertida. Recuerdo la primera vez que vi la campaña. Eran dos osos uno en brazos del otro con la leyenda “pelos si, a pelo no”. Desde mi perspectiva lésbica esta campaña me parece una genialidad. No solo por la visibilidad de una de las mil realidades gays, sino por la mezcla de la imagen y el mensaje. Desconozco el efecto que esta causando en la comunidad osuna, pero espero que sea efectiva.
www.hartza.com
Myriam Navas
Presidenta de COGAM

30 días para la reflexión. Día 15: El VIH nos afecta a todas.

Durante años, el VIH ha sido la prioridad del colectivo gay por razones obvias. En tiempos en que el VIH era el mayor enemigo, tiempos en que amigos y compañeros caían día a día, era urgente y prioritario establecer una batalla directa contra el SIDA.
En estos momentos en que parece que el VIH sólo es noticia un día al año, por suerte, el colectivo gay sigue implicado al máximo. Las campañas se suceden, a nivel estatal, a nivel local. En los colectivos lgtb las partidas de subvenciones mayores corresponden a los proyectos de salud y prevención, todas ellas dirigidas en exclusiva al colectivo gay. Hay educadores de calle, talleres de salud sexual, programas en los que el educador se acerca a los locales, condón en mano, para recordar lo importante que es la prevención,… Salvo honrosas excepciones como en el caso de la Comisión de Prevención de COGAM que ha lanzado los primeros talleres de fin de semana dirigidos a mujeres, en la mayoría de las ocasiones todos los proyectos a todos los niveles tienen cara y nombre masculino.

No quiero llevar el tono victimista a este blog, en absoluto es mi intención, pero no puedo evitar hacer una reflexión. El colectivo gay, volcado en la lucha contra el sida no ha dejado participar a las mujeres, excluyéndolas completamente. Ha sido una lucha propia, un objetivo a batir en el que sólo cabía el género masculino. En estos momentos, las mujeres apenas tenemos conciencia del SIDA, y mucho menos las lesbianas, consiguiendo por tanto una plena indefensión ante el VIH/SIDA. No existe información dirigida a lesbianas, las administraciones –como en el caso de la Consejeria de Sanidad de la Comunidad de Madrid- nos excluye a propósito de todo folleto informativo sobre el tema. No entiendo bien si el problema es que nosotras somos inmunes al virus, si es que no tenemos prácticas de riesgo o si para variar, se asume que “las lesbianas no follan”. Esto es lo que parece a tenor de las dificultades que tenemos para colocarnos en los folletos de salud dedicados al SIDA. En un principio, ilusas de nosotras, pensamos que éramos excluidas porque iban a editar uno exclusivo para chicas, pero no, era una simple y llana exclusión.

En un momento en que ya nos podemos casar, en que los y las transexuales tienen casi reconocido su derecho a su propia identidad de género, las lesbianas tenemos un absoluto desconocimiento de nuestra propia salud, de las enfermedades que podemos contraer si no practicamos sexo seguro.

Es por esto que para empezar, debemos tener una cierta autoconciencia de nuestra propia salud para después crear en las Comisiones de Salud y Prevención un espacio para nosotras. Para que en la era de la modernidad lgtb, nosotras salgamos del paleolítico.

Myriam Navas
Presidenta de COGAM

martes, noviembre 14, 2006

30 días para la reflexión. Día 14: Vulneración de derechos. Cuando es ilegal… y lo desconocemos.

Hacerse la prueba del VIH es sólo una decisión personal aunque a veces puede tomarse por estar bajo presión. Si es el caso conviene no olvidar que ninguna empresa puede exigir una detección del VIH previa a la contratación. En los reconocimientos médicos a trabajadores tampoco puede pedirse esta prueba. El incumplimiento, de acuerdo con UGT, es denunciable. Luchar contra otro tipo de presiones más “emocionales” del entorno inmediato puede no ser tan fácil… a veces alguien toma la decisión de hacerse la prueba por amor, por que los demás están preocupados por su salud, etc. Pero es importante que recordemos que sólo nosotros, cada uno de nosotros, debemos decidir cuando es el momento y si estamos preparados para afrontar el resultado, sea cual sea.

Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud de COGAM

30 días para la reflexión. Día 13: La prueba: asesoramiento.

De acuerdo al estudio cuidate.info que lideró stop sida en 2004 y en el que participaron COGAM y Col·lectiu Lambda menos de una tercera parte de las personas que se hacen la prueba reciben consejo asistido antes y después de la misma. Este estudio, además de medir el impacto de la campaña “cuidate”, intenta evaluar los conocimientos sobre sexo y vih de los hombres que tienen sexo con hombres. Los resultados preliminares muestran que la proporción de los participantes que recibieron asesoramiento antes y después fue significativamente mayor entre los que acudieron a una asociación anti-sida u homosexual o un centro de ITS a realizársela que entre los que lo hicieron en su médico de atención primaria, hospitales o laboratorios privados.

La cuestión es que prácticamente fuera de Cataluña no hay organizaciones que realicen la prueba del VIH. Como mucho, algunas llegan a acuerdos con laboratorios para que miembros de la asociación, convenientemente formados, sean quienes entreguen y comenten los resultados a los usuarios. Más aún, en algunas ciudades grandes es difícil encontrar incluso un centro sanitario, especializado en ITS donde hacerse la prueba, y en otras, el número de centros es tan claramente insuficiente en proporción con la población que es frecuente que el personal se encuentre desbordado. La falta de infraestructuras debería tenerse en cuenta por parte de las autoridades sanitarias cuando hablan de promocionar la prueba del VIH. Más recursos, no sólamente sanitarios, sino psicosociales, para informar adecuadamente sobre los resultados en la misma consulta y apoyo administrativo a los grupos comunitarios de soporte emocional para ofertar a las personas que obtienen un diagnóstico positivo.

Por otro lado, también es importante que empecemos a debatir muy seriamente en las asociaciones de las formas de diversificar y acelerar la oferta de la prueba del VIH que con toda seguridad van a ir haciéndose más y más comunes en los próximos años. Ya están aquí. Ya las están ofertando laboratorios privados y asociaciones. En Madrid, hace unas semanas Madrid Positivo estaba ofertando un test rápido a los ciudadanos. Sin olvidar lo positivo que será que el acceso a la prueba sea más fácil y contemple varias posibilidades, debemos vigilar también que se mantengan unos mínimos criterios respecto a aspectos como el asesoramiento y comunicación de resultados, aspecto sobre el que hoy por hoy no parece haber consenso: hay laboratorios que entregan los resultados en un sobre cerrado, sin más, o los envían por correo electrónico a sus propietarios.
Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud de COGAM

domingo, noviembre 12, 2006

30 días para la reflexión. Día 12: Sanidad y Educación

También tenemos "deberes" para la administración: el sida seguirá siendo un problema en tanto no se apueste por acciones y estrategias valientes y coordinadas que más allá de lo sanitario contemplen aspectos que tienen que ver con la educación, con el mundo laboral, y con tantos otros. La respuesta al SIDA, que es un problema complejo no pueden ser sólo sanitaria, sino que tiene que implicar a tantas disciplinas como sea preciso. En ese sentido, como ya hemos dicho aquí en el blog, la respuesta del Plan de Actuaciones frente al VIH-SIDA 2005-2007 de la Comunidad de Madrid se nos queda corto. El SIDA no sólo existe más allá del uno de diciembre; existe más allá de lo sanitario. Me resulta difícil encajar que dos consejerías como Educación y Sanidad no puedan participar conjuntamente en la búsqueda de respuestas que vayan a la raíz del problema: la ausencia de educación sexual. Sí; Educación Sexual, no adistramiento genital ni prevención de embarazos no deseados, o promoción de la abstinencia, o prevención de VIH, que en esas son las cosas en las que siempre nos quedamos. Aunténtica educación sexual. Educación sexual aunque necesite llevar el calificativo de "afectivo"... por si así diera "menos miedo"; no dos horas en las que se invita a una ONG, de uno o de otro signo. Esto no es más que imponer a niños y niñas las preocupaciones del mundo adulto, pero sin interesarnos de verdad por lo que los protagonistas de esa educación quieren y necesitan en cada momento de su desarrollo. Lo urgente no debe anular lo importante; y lo importante es posibilitar a través de la educación que niños y niñas cuenten con un marco en el que ir aportando conocimientos, cada cual sus experiencias y vivencias, las que tendrán a lo largo de sus procesos de ir haciéndose hombres y mujeres, heteros y homos y que sean capaces de vivir esos procesos con absoluta normalidad y aceptación, desde la libertad, el conocimiento y el respeto. Eso dura toda la infancia y adolescencia. No dura dos horas. Y sólo desde ahí tendrá sentido y será efectivo que hablemos de prevención. Si no, por poner un par de ejemplos ¿como pedirle a las niñas que negocien el sexo seguro si no hemos abordado previamente todas las cuestiones de género subyacentes? ¿cómo pedirle a los adolescentes homosexuales que tengan autoestima a la hora de practicar sexo, si todo lo que han venido escuchando es que ni ellos ni su salud valen nada, que a veces ni existen?
Será que igual las personas libres dan miedo... o que hay demasiados fantasmas, como que hablar de sexo con niños y niñas promueve la promiscuidad, la precocidad, el riesgo de embarazos, las enfermedades de transmisión sexual... Pero el silencio no evitará que niños y niñas sean curiosos, que quieran saber, que desen descubrir sus cuerpos y que se relacionen sexualmente a partir de unas ciertas edades. Queramos verlo o no. Si el sistema educativo no se encarga de la educación sexual en ese sentido amplio expuesto arriba, alguien lo hará por él, como ha venido siendo hasta ahora... con estos resultados; cada vez más incidencia de infecciones de transmisión sexual entre los y las jóvenes
Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud

30 días para la reflexión. Día 11: ¿Estamos haciendo todo lo que podemos?

No basta con que las organizaciones dediquemos algunos esfuerzos a la prevención. Es importante, pero si no nos empeñamos de forma decidida en erradicar las situaciones de discriminación y exclusión de las personas que viven con el vih, estaremos dejándonos asignaturas pendientes. Creo que luchar contra el VIH es luchar, entre otras cosas, contra la homofobia, pero también a la inversa. Y esto debe estar en la agenda de todas las organizaciones LGTB. Nos hemos tecnificado mucho, hacemos proyectos de más o menos calidad en prevención… pero nos hemos ido olvidando de que ninguna prevención será efectiva si no va acompañada de una lucha decidida contra el estigma, y que ese trabajo debe ser global y no circunscribirse sólo a determinados colectivos o a unas determinadas zonas geográficas. Desde mi posición como trabajador en prevención, como representante de mi asociación y como persona, sobre todo como persona, no puedo evitar sentir una cierta frustración, un cierto “cabreo” con todos y todas los que podemos contribuir a que un día una persona pueda realmente plantearse la visibilidad de la misma forma que hoy ya nos la planteamos los gays y lesbianas. Me irrita pensar que todos podríamos estar haciendo más.

Estaría más tranquilo si no supiera que mientras escribo y mientras tú lees, mientras acudimos a actos institucionales mientras planificamos, escribimos y justificamos proyectos técnicos hay gente que está teniendo sexo no seguro y quizá se está infectando… en las zonas de cruising, en los bares y saunas, o sencillamente y sobre todo, según indican todas las evidencias, en sus dormitorios… y pienso que igual podríamos haber estado ahí, dando preservativos en las zonas de ligue, organizando más talleres de sexo seguro contándole a la gente que el amor y la monogamia no negociada no garantizan nada, metiendo en la cabeza de los dueños de los bares de sexo la idea de que el condón tiene que ser parte irrenunciable del servicio que ofrecen a sus clientes, como el vaso en el que sirven la copa o el posavasos. Me sentiría mejor si no supiera que, con seguridad, en este momento alguien afronta solo y con miedo el resultado de una prueba, o acaba de sufrir una situación de discriminación por enésima vez… y tantas otras cosas que deberían indignarnos más y ante las que nos volvemos insensibles de tan cotidianas que son.

Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de prevención

viernes, noviembre 10, 2006

30 días para la reflexión. Día 10. Poblaciones invisibles (I)


Hace años que hemos pasado de hablar de grupos de riesgo a referirnos a prácticas de riesgo, de ahí hemos pasado a las poblaciones especialmente vulnerables y hemos hecho nuestros términos epidemiológicos como el “hombres que tienen sexo con hombres”, que particularmente me horroriza, no sólo porque es erróneo (incluye a las mujeres transexuales, que evidentemente, no son hombres) sino porque sirve para invisibilizar a dos de las realidades que comprende dicho “término” en aras de no sé qué corrección política. Si hablamos de “hombres” ya no hay que hablar de los gays ni de los bisexuales… todo para que quienes se definen a sí mismos como heterosexuales se sientan comprendidos en esta categoría porque alguna vez han tenido o tienen sexo con hombres… Si bien comprendo que el término pueda tener sentido epidemiológicamente (salvo por el gordísimo error que ya he mencionado) entiendo poco que las organizaciones lo utilicemos, y en especial aquellas organizaciones que somos LGTB y apostamos por la visibilidad.
Pero existen otras poblaciones “olvidadas” unas porque están incluidas en una categoría que no les corresponde (las mujeres transexuales) y otra porque sencillamente, parece no existir (las mujeres lesbianas). La invisibilidad de la mujer… Nunca, nunca, debemos olvidarnos de nuestras compañeras transexuales y en concreto las trabajadoras del sexo quienes, por cierto, podrían darnos a muchos y muchas lecciones de consistencia en el mantenimiento del sexo seguro a lo largo del tiempo. Cuánto tendríamos que aprender de ellas. Por otro lado, tenemos que entender que las mujeres lesbianas seropositivas existen, al margen de cómo se hayan infectado. Podremos estar más o menos de acuerdo de que la transmisión entre mujeres es más o menos improbable, pero que no haya una prioridad de hacer prevención con las lesbianas no puede jamás justificar que el tema de las lesbianas, el sida y su salud sexual quede fuera de nuestras agendas… porque entonces no les estaremos haciendo ningún favor, ni a las lesbianas y bisexuales en general, ni a las seropositivas en particular. Las estaremos condenando al armario.


Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de prevención

30 días para la reflexión. Día 9: Las pandemias no tienen glamour


Algo falla en la política de prevención contra el sida en el Estado español. Este año se cumplen 25 años del inicio de la pandemia y España sigue siendo el país con la tasa de infectados por VIH más alta de Europa occidental (0,7%, es decir, casi 300.00 personas según ONU SIDA).
La situación de l@s pres@s es muy grave, con más de un tercio de la población reclusa infectada, sin que a nadie parezca importarle. La infección por prácticas heterosexuales sigue aumentando cada año, ante el silencio cómplice de las autoridades. Éstas siguen sin abordar la regulación y los derechos de las prostitutas y chaperos a ejercer su trabajo en condiciones de protección y seguridad como trabajador@s que son, como ha denunciado el colectivo Hetaira numerosas veces.
Parece que la política del gobierno Zapatero es continuidad de la de Aznar: decir no a todo y esconder la cabeza. No a las drogas, no a la prostitución, no a l@s inmigrantes. Esas cosas no dan glamour. La pandemia del sida no es una prioridad de este gobierno. Las campañas son débiles, poco creíbles, y no llegan a la población. Poca gente sabe que ya existe la posibilidad de hacerse la prueba del sida en algunas farmacias, o en cualquier centro de salud. Se supone que es una iniciativa del Plan Nacional contra el sida, pero sencillamente el mensaje no llega a quien debería llegar.
Es increíble que en España no haya aún un registro de personas infectadas por VIH, sino sólo de aquellas que desarrollan la enfermedad. El Ministerio de Sanidad hace trampas y miente a la opinión pública cuando afirma que el sida baja. Carlos Cabezón, Secretario General de Madrid Positivo, desvela esta mentira con claridad: “el Ministerio no dice que en realidad hay más casos de infección por VIH. Si los enfermos no fallecen, y la enfermedad no se cura, es imposible que descienda [el sida]” (DIAGONAL, nº 22, 19 de enero 2006, pág. 38).
Se necesitan campañas explícitas, claras, constantes. En la televisión en la radio, en los institutos, en la calle. Hay que explicar cómo chutarse, porque la gente va a seguir tomando drogas, como ha hecho siempre. Hay que informar claramente de las vías de contagio, hablar en los anuncios de pollas, culos, coños, jeringuillas y sangre, no poner fotos alegóricas de pies desnudos y cristales. Hay que hablar del sida entre las mujeres, y dejar de invisibilizar a las lesbianas. Hay que prohibir a la iglesia católica que siga emitiendo mensajes irresponsables contra el uso del preservativo, y perseguirla penalmente, dado que sus declaraciones suponen un delito contra la salud pública. Hay que combatir la falsa opinión que se ha extendido en la sociedad (y eso incluye a la comunidad gay) de que el tratamiento con medicamentos hace llevadera la enfermedad y evita que sea mortal. Ese rumor ha alimentado enormemente las prácticas de riesgo en los últimos años. Hoy en día podemos ver en las saunas y los cuartos oscuros a mucha gente follando a pelo. Los chats de barebacking están a tope de personas buscando sexo sin preservativo.
Parte de la culpa de esta situación la tienen algunos empresarios gays, que siguen sin facilitar preservativos ni lubricante gratuitamente en sus locales. Y parte de la culpa es de nuestra propia comunidad, de nuestra incapacidad para abrir un debate sobre lo que está pasando, o de hablar entre nosotros del tema. Las asociaciones GLTB están haciendo una labor muy valiosa y útil de información y de asistencia. Son las únicas que se preocupan de ir a los locales a poner carteles, de ofrecer información, de repartir preservativos, de atender dudas en sus diferentes servicios de asistencia. Pero es vergonzoso que una vez más la prevención la tengan que hacer organizaciones pequeñas, casi sin medios, ante la pasividad y el silencio de unas autoridades sanitarias irresponsables y cobardes.
La comunidad gay puede hacer al menos una cosa: no ser cómplice de ese genocidio encubierto, y cuidarse a sí misma. Nosotros sí sabemos cómo protegernos. Es sencillo: utiliza el preservativo.

Javier Sáez. Sociólogo y traductor.
www.hartza.com

miércoles, noviembre 08, 2006

30 días para la reflexión. Día 8: Un estigma irracional.

A pocos se les escapa que el SIDA es algo más que una enfermedad, por lo que conlleva de condena social. Si alguien padece cáncer recibirá apoyo generalizado (como debe ser), pero si hablamos de un seropositivo la cosa cambia bastante. Son varios los factores que rodean al VIH y le confieren su aura de "peste" contemporánea. En primer lugar se trata de una infección de transmisión sexual, de forma que entran en juego todos los tabúes tradicionales en torno al sexo. También ocurre que demasiados ignorantes siguen hablando de grupos de riesgo, como si fuera una condena divina que uno se ha buscado, en lugar de dejar claro que la realidad es bastante más compleja y que lo importante son las prácticas. Todo ello desemboca en un cóctel de miedo, sentimientos de culpa, condena e incertidumbre, y hace que, pese a tantos años de experiencia, aún haya sectores de la población con información incompleta o errónea sobre sus vías de transmisión y lo que significa ser seropositivo.

Y me refiero incluso a gente en principio informada, que sin embargo cae en una espiral irracional cuando el VIH entra en escena. En el servicio de información de COGAM de vez en cuando atendemos a personas que, aun sabiendo que el riesgo de transmisión al que se han expuesto es mínimo o nulo, necesitan que se lo repitan. ¿Quién no tiene un amigo que ha pasado un mal rato tras un encuentro en la cama, temiendo haber contraído el VIH, sin motivos racionales? ¿Y cuántos de nosotros no rechazaríamos a una potencial pareja sexual de averiguar que es seropositiva, pese a saber que practicando sexo más seguro el riesgo desaparece?

Por todo ello pienso que habría que dedicar más recursos a la investigación científica (mejores tratamientos, una vacuna y -ojalá- una cura) y por supuesto a la atención médica, pero también habría que cuidar más la parte "humana" de la enfermedad. Mediante más campañas informativas, una legislación que garantice (¡y que se cumpla!) la igualdad de derechos de los seropositivos, y cualquier otra iniciativa que impulse su visibilidad. Para que la sociedad en general aborde el VIH/SIDA sin histerismos y, sobre todo, por la dignidad y bienestar de los directamente afectados.

Sergio Lopez
Coordinador de GayInfor/Línea Lesbos

martes, noviembre 07, 2006

30 días para la reflexión. Día 7: Ejemplos sobre lo cotidiano.

Mi nombre es Ana, soy seropositiva desde hace dieciocho años, aprovecho esta oportunidad que me ofrece COGAM para hacer una llamada de atención sobre la necesidad de que se nos respeten muchos derechos que soslayadamente se nos niegan y que a lo largo del tiempo que llevo conviviendo con el VIH he vivido en mi misma.

Cuando conocí mi estado serológico, me imaginé que iba a tener problemas de salud e incluso que podía llegar a la muerte, hace dieciocho años no había muchas opciones, pero en ese momento no me pude imaginar las veces que iba a tener que mentir, callarme, disimular y negar mi enfermedad para poder tener los mismos derechos que una persona no seropositiva, y en muchos aspectos continuamos igual.

Por poner varios ejemplos, cuando compré mi primera vivienda, una de las cláusulas de la escritura de compra era que si se mentía en el seguro de vida era un motivo para anular el contrato de la hipoteca, evidentemente mentí, y me pillaron, ya que me obligaron a hacerme las pruebas de VIH entre otras, tuve muchísimos problemas, y la suerte de haberlo comprado con mi pareja que estaba “sana”, y apoyándose en que ella podía hacerse cargo de la hipoteca si a mí me pasaba algo y también me imagino en todos los juicios y problemas que le iba a llevar al banco el echarme, lo dejaron pasar.

También el tema de la medicina privada y dentistas en general, ya me ha pasado varias veces que si quiero que me atiendan, de entrada tengo que mentir. Ya no arriesgo a ver si esta vez tengo suerte y no les importa, porque ya he recibido algún no por respuesta inclusive indicándome que es “arriesgado para mí y para el médico que me atendiera”, si eres VIH tú no eliges médico, él te elige a ti. Esto conlleva también que si tienes alguna duda de si un tratamiento es contraproducente o no con respecto al tratamiento del VIH o arriesgas o vas buscando una respuesta en tu unidad de VIH, amigos y asociaciones.

Luego está el tema de la maternidad, la reproducción asistida en la sanidad pública está negada para las mujeres seropositivas o con algún tipo de hepatitis eso es por protocolo, aunque tu médico de VIH lo considere totalmente viable como fue en mi caso y presentándome con toda los informes pertinentes, me la negaron mirándome con una cara de “esta mujer se ha vuelto loca”. Así que a esta alturas si queremos ser madres o lo hacemos en algunas clínicas privadas que tras un buen pago si te lo hacen o arriesgamos teniendo relaciones sexuales sin protección para poder quedarnos embarazadas.

Bueno y de emigrar o estudiar fuera de nuestro país ni hablamos, hay países como Estados Unidos y Australia que nos niegan la estancia, así que los seropositivos no podemos mejorar nuestra calidad de vida ni podemos estudiar fuera de nuestro país.

Y por último el tema del trabajo, si en algún sitio he mentido más ha sido a la hora de trabajar en la empresa privada, no se te ocurra decir que eres Vih, las pastillas te las tomas a escondidas, las revisiones médicas las tapas con cualquier otra enfermedad que no sea esa, como alergias, etc. eso si para entrar no te hacen la prueba del vih de una forma oculta, práctica que se sigue realizando en algunas empresas y que es muy difícil demostrar.

Por todo esto y más cosas que me dejo en el tintero, tengo que decir que la vida de un seropositivo no está socialmente normalizada, que queda mucho para que podamos tener los mismos derechos que una persona sana, porque ser seropositivo en esta sociedad está mal visto, se juzga, y económicamente no es rentable.

Creo que los Gobiernos deben de hacer mucho más de lo que están haciendo, no es solo que haya una Ley que nos proteja, sino que hay que observar que esa Ley se cumple, y que no quede impune quien no lo haga.

Ana

lunes, noviembre 06, 2006

30 días para la reflexión. Día 6: Sistema de subvenciones.

Por cierto, y hablando de la administración y de denuncias, nos toca pedir el fin a un sistema de subvención de proyectos francamente ilógico, en cuanto a plazos y formas. Además del presupuesto global, que ya denunciábamos ayer lo ridículo que es. Las organizaciones no gubernamentales, que no lo olvidemos, son las que llegan a las poblaciones vulnerables con su trabajo, trabajan con un alto nivel de estrés, inseguridad y precariedad. Y estamos hablando de asociaciones pequeñas, en general, no de macroasociaciones que tienen muchos espónsores, o que tienen miles de asociaciados. No somos asociaciones que “vendamos”, desgraciadamente el sida no vende. No; hablamos sobre todo de pequeñas asociaciones, algunas de barrio, que año tras año deben adelantar el dinero del trabajo que realizan para que meses después de realizado, un interventor tenga a bien autorizar el pago de algo que cuesta mucho más de lo que se pide. Nada en contra de que se controle el gasto, faltaría más. Pero eso no incluye que aceptemos que, como ocurrió el año pasado, se cambien las “reglas del juego” de la convocatoria de subvenciones a mediado de la partida en una operación de al menos, dudosa legalidad. La legalidad debe servir para todos. Interventores, administración y subvencionados. Y si la convocatoria de subvenciones dice “se justifica la cantidad subvencionada” no se puede venir después a decir, sin resolución y sin documento oficial por medio que “hay que justificar la cantidad solicitada”
Hablemos de plazos. La convocatoria de subvenciones a proyectos de prevención sale a mediados de enero (casi cuatro meses después del inicio del periodo subvencionable) y se resuelve a finales de junio (con julio y agosto por medio). El 30 de septiembre finaliza el plazo de ejecución… ¿Se imaginan? Efectivamente, o tienes ya el proyecto montado, financiado y realizado y cruzas los dedos para tener suerte y que te lo subvencionen o mal asunto… En otra convocatoria, la de proyectos de atención domiciliaria, este año hubo que justificar el gasto antes incluso de que existiera resolución… Lo peor es que el año que viene hay elecciones y en 2007 esto solo puede empeorar. Al final, los afectados son como siempre, los usuarios, la población atendida, a la que se le niega que se puedan ofrecer proyectos novedosos y de calidad.
Myriam Navas.
Presidenta de COGAM

30 días para la reflexión. Día 5: Visibilidad (II)


A vueltas con la visibilidad… tantos días escribiendo ya en el blog y aún nos cuesta encontrar a seropositivos y seropositivas dispuestos a poner voz a las cifras, a las gráficas y a los titulares. Nos costó el uno de diciembre y nos costó durante el Orgullo 2006. Con seguridad, plantearse hacerse visible, aunque sea con una firma, como seropositivo o seropositiva significa afrontar el miedo a perder la cobertura de necesidades muy básicas, humanas, muy necesarias para la supervivencia y para el bienestar: supone tener miedo porque si se enteran en el trabajo me pueden echar en la próxima revisión de plantilla -lamentablemente, aún ocurre-, o me pueden acosar hasta que yo me vaya. Si soy trabajadora del sexo y vivo con el VIH, aunque sea la que más me proteja, porque se entiende que en mi trabajo no corro riesgos, porque bastante los corro ya con mis parejas sentimentales, me puedo quedar sin clientes. Supone tener miedo a perder una función básica, una dimensión irrenunciable como es la vivencia de la sexualidad, a que por mucho que me proteja y les proteja, si lo digo, igual nadie querrá acostarse conmigo. Puede significar que las personas con las que comparto una habitación, o un piso, o una relación afectiva de pronto tengan miedo y tenga que irme. Hoy por hoy, y a pesar de los muchos avances que afortunadamente están mejorando la calidad de vida de los seropositivos y seropositivas, en muchos casos ser visible significa hacer una apuesta muy fuerte, lanzarse al vacío sin saber si hay una red ahí abajo… y todos tenemos aportar madejas y contribuir a tejer esa red para que sea lo más tupida posible.

Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud de COGAM

30 días para la reflexión. Día 4:Positivo, negativo… ¿o desconocido?

El último informe de vigilancia epidemiológica del SIDA en España, de 30 de junio de 2005, indicaba que la proporción de casos de sida en personas que desconocían su infección por VIH ha alcanzado el 37,2%. En el caso de las personas que contrajeron la infección por relaciones sexuales no protegidas, la proporción ascendió hasta casi el 60%.

Es evidente que en una parte importante de estos casos el diagnóstico de SIDA se podría haber evitado, o al menos retrasado, de haber conocido a tiempo la infección. Disponemos en la actualidad de tratamientos suficientemente eficaces para evitar o retardar el progreso a SIDA, pero para que nos sirvan, tendremos que saber antes si estamos o no infectados. En este sentido hay un concepto que empieza a sernos cada vez más útil a las organizaciones que trabajamos en sensibilización para favorecer el diagnóstico precoz y que supera la tradicional “división” entre seropositivos y seronegativos. Muchos y muchas podemos ser y además lo somos en un porcentaje considerable, serodesconocidos. Lo somos desde el momento en que, habiendo tenido prácticas con riesgo considerable para la transmisión (uso compartido de material de inyección, penetración anal o vaginal sin preservativo, y en bastante menor medida, sexo oral con presencia de semen, flujo vaginal o sangre menstrual) nunca nos hemos realizado la prueba del VIH. O cuando, tras un resultado negativo, hemos tenido nuevas prácticas de riesgo.
Alberto Martín-Perez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud de COGAM

viernes, noviembre 03, 2006

30 días para la reflexión. Día 3: Planes contra el SIDA de la C.A.M.

En diciembre de 2005, con más de un año de retraso desde su anuncio, la Comunidad de Madrid presentó su “Plan de Actuaciones frente al SIDA de la Comunidad de Madrid 2005-2007”
En realidad dicho plan ya no es una iniciativa de la Comunidad de Madrid; tan vieja y constante es esta reivindicación por parte de las asociaciones de lucha contra el sida de la comunidad de Madrid que apenas podíamos creerlo cuando Esperanza Aguirre convocó a las organizaciones para que estuvieran presentes en su anuncio a la prensa. Fue algo, pero no es el Plan que queremos. Queremos un plan realmente multidisciplinar, que implique a las consejerías de educación, asuntos sociales y a todas las que tengan algo que decir sobre el SIDA. El SIDA es una enfermedad compleja cuya respuesta no puede limitarse a dar respuestas sanitarias. Eso son parches. Es perpetuar una política de parches que no afronta los problemas de raíz: la inexistencia de una educación sexual en las escuelas e institutos, la discriminación y el estigma de los seropositivos, o las situaciones de las prisiones, por poner unos cuantos ejemplos. Luchar contra el SIDA no es colocarse un lazo rojo el uno de diciembre y llenarse de declaraciones de buenas intenciones. No. La consejería de sanidad tiene que tomarse esto en serio… el presupuesto que se destina a la prevención que llevan a cabo las organizaciones no gubernamentales, que son las que llegan a las poblaciones vulnerables, es de 305.000 €. Con eso, ya ni siquiera se puede comprar uno un piso decente en Madrid. Es un presupuesto que da para una caja de condones por seropositivo al año… como si la gente tuviera sexo solo el 1 de diciembre. Otro día hablaremos de lo problemático que es para la comunidad de Madrid utilizar la palabra “follar” en una publicación que lleva su sello. ¿Y quieren hacer prevención?

Myriam Navas
Presidenta de COGAM

jueves, noviembre 02, 2006

30 días para la reflexión.Día 2: Visibilidad, asignatura pendiente.

El año pasado, el uno de diciembre, como en otros momentos del año, apostábamos por la visibilidad. Quisimos dar la voz a los seropositivos y seropositivas en una mesa redonda. Esa apuesta se tradujo en un enfado conmigo mismo por haber supuesto que me sería fácil encontrar a una persona seropositiva o afectada por el VIH dispuesta a dar la cara a ser visible. ¡Cómo si no supiera el significado de lo que estaba pidiendo! Hay que ver qué fácil es pedir a la gente que de la cara; pedimos la visibilidad sin tener en cuenta el precio que tiene… ¡qué poco hemos aprendido los gays y las lesbianas visibles de la experiencia del armario! Y eso que hoy por hoy ser un gay o una lesbiana visible es bastante menos complicado. Pero ¿nos hemos parado a preguntarnos las organizaciones, las instituciones, los medios de comunicación, siempre interesados en ofrecer a las audiencias historias “humanas y cercanas” qué es lo que les estamos pidiendo a las personas seropositivas cuando les pedimos visibilidad? Mucho me temo que no tenemos ni idea.
Alberto Martin-Perez
Vicepresidente de COGAM y coordinador de la comision de prevención.

30 días para la reflexión. Día 1: Afectado por el VIH

Hoy, además de cómo representante de COGAM y como técnico en salud, colaboro en la inauguración de este blog como afectado por el VIH. Afectado, porque puedo afirmar que, ciertamente, en mi entorno inmediato las estimaciones de prevalencia de VIH entre población gay, del 14-16% no son una estadística fría, sino una realidad con rostros: uno de cada ocho de mis amigos, novios, ex novios, amantes y conocidos gays viven con el VIH. Me considero afectado porque, además de las cosas maravillosas que he vivido con todos ellos, también me ha tocado compartir situaciones difíciles en relación con este virus: el comunicado del resultado de la prueba, recibir malas noticias sobre los recuentos linfocitarios, o sobre la carga vital, e incluso la despedida… Me considero afectado porque he visto morir a dos de mis amigos de la infancia, atrapados por las drogas en los últimos años de la adolescencia, cuando más vulnerables éramos, en un barrio del sur de Madrid, bien castigado, y en un momento donde parecía que no había esperanza para mucha gente. Por último me siento afectado porque como usuario que he sido de la profilaxis post exposición tras la rotura de un condón, puedo hacerme una pequeñísima idea de lo que supone vivir toda la vida con la perspectiva de esa pesadilla llena de complicaciones que para mí fueron los antirretrovirales durante tres meses. Me considero afectado, pero por mucho ejercicio de empatía que pueda hacer, no vivo el virus en primera persona. Y nuestra intención es que los protagonistas de este foro (además de las experiencias que podamos contar, las denuncias que podamos hacer y la esperanza que podamos aportar) sean quienes viven con el virus, quienes se enfrentan día a día a miedos, prejuicios, discriminación y quienes siguen empeñados en vivir valientemente contra viento y marea.
Alberto Martin-Perez
Vicepresidente de COGAM y coordinador de la comision de prevención.