jueves, noviembre 16, 2006

30 días para la reflexión. Día 15: El VIH nos afecta a todas.

Durante años, el VIH ha sido la prioridad del colectivo gay por razones obvias. En tiempos en que el VIH era el mayor enemigo, tiempos en que amigos y compañeros caían día a día, era urgente y prioritario establecer una batalla directa contra el SIDA.
En estos momentos en que parece que el VIH sólo es noticia un día al año, por suerte, el colectivo gay sigue implicado al máximo. Las campañas se suceden, a nivel estatal, a nivel local. En los colectivos lgtb las partidas de subvenciones mayores corresponden a los proyectos de salud y prevención, todas ellas dirigidas en exclusiva al colectivo gay. Hay educadores de calle, talleres de salud sexual, programas en los que el educador se acerca a los locales, condón en mano, para recordar lo importante que es la prevención,… Salvo honrosas excepciones como en el caso de la Comisión de Prevención de COGAM que ha lanzado los primeros talleres de fin de semana dirigidos a mujeres, en la mayoría de las ocasiones todos los proyectos a todos los niveles tienen cara y nombre masculino.

No quiero llevar el tono victimista a este blog, en absoluto es mi intención, pero no puedo evitar hacer una reflexión. El colectivo gay, volcado en la lucha contra el sida no ha dejado participar a las mujeres, excluyéndolas completamente. Ha sido una lucha propia, un objetivo a batir en el que sólo cabía el género masculino. En estos momentos, las mujeres apenas tenemos conciencia del SIDA, y mucho menos las lesbianas, consiguiendo por tanto una plena indefensión ante el VIH/SIDA. No existe información dirigida a lesbianas, las administraciones –como en el caso de la Consejeria de Sanidad de la Comunidad de Madrid- nos excluye a propósito de todo folleto informativo sobre el tema. No entiendo bien si el problema es que nosotras somos inmunes al virus, si es que no tenemos prácticas de riesgo o si para variar, se asume que “las lesbianas no follan”. Esto es lo que parece a tenor de las dificultades que tenemos para colocarnos en los folletos de salud dedicados al SIDA. En un principio, ilusas de nosotras, pensamos que éramos excluidas porque iban a editar uno exclusivo para chicas, pero no, era una simple y llana exclusión.

En un momento en que ya nos podemos casar, en que los y las transexuales tienen casi reconocido su derecho a su propia identidad de género, las lesbianas tenemos un absoluto desconocimiento de nuestra propia salud, de las enfermedades que podemos contraer si no practicamos sexo seguro.

Es por esto que para empezar, debemos tener una cierta autoconciencia de nuestra propia salud para después crear en las Comisiones de Salud y Prevención un espacio para nosotras. Para que en la era de la modernidad lgtb, nosotras salgamos del paleolítico.

Myriam Navas
Presidenta de COGAM