viernes, noviembre 24, 2006

30 días para la reflexión. Día 24: La jerarquía católica perjudica gravemente su salud

Hoy me desayuno con la noticia de que el Vaticano se plantea “aceptar” el uso del preservativo en algunas situaciones especiales. Se lo plantea… A lo mejor… Pero no para todos los casos, que eso es libertinaje. Puede que lo acepte… Pero en un asunto de salud pública como es esta, ¿qué tiene que aceptar la iglesia? No sólo se inmiscuyen en la vida política. Se inmiscuyen en la salud pública… Lo aceptarían “como mal menor”… ¿y se creen que esto es un cambio? Esto es una absurda bula papal

Y en cualquier caso, demasiado tarde, me parece.

A la espera de que alguien en el arzobispado se digne a contestarme a mi y a cientos de personas que hemos pedido que nos "borren" de sus listas, llega el momento de hablar del papelón de la jerarquía eclesiástica en todo este asunto del sida. A ver si les doy motivos para que me borren de una vez. Quedarnos en el condón cuando hablamos de iglesia y sida es insuficiente, es solo lo evidente. Nuestra gran reivindicación es la aceptación incondicional del uso del preservativo. Reivindicación que por cierto, un buen número de asociaciones religiosas, cristianas de base, ya han asumido hace mucho tiempo, y a este respecto debemos ser justos y reconocer su labor. Pero no allí, en Roma. Cuando hace 25 años el SIDA apareció en escena, se lo concibió como un cáncer rosa, y de ahí era inevitable esa idea de castigo divino. Esto nos pasaba por maricones. Sencilla y llanamente. Era la ira de dios. Yo no sé si esto se dijo exactamente desde dentro de la iglesia, pero lo dijera quien lo dijera es evidente quien alimenta la idea. Muchos millones de “divinamente castigados” después, - homosexuales, heterosexuales y en especial los y las que menos recursos tienen- la posición de la iglesia respecto a la prevención sólo se mueve de esta manera ridícula. Algún día tendrán que responder por ello. Son los padres ideológicos de la política del abc (abstinence, be faithful, condom) que fracasa estrepitosamente en la mayor parte del planeta. A la vista está. Pero ellos erre que erre, que si “los” estudios (y tienen el valor de llamarlo “estudios”) indican que el condón falla… pero volvemos al condón, y una vez más las ramas no nos dejan ver el bosque.
La iglesia ha alimentado un pensamiento perjudicial para gays, lesbianas y transexuales: que no valemos nada. Que a pesar de que se nos pueda compadecer, de que se nos haya dotado una cierta humanidad, somos en el fondo personas de segunda categoría. Muchos y muchas hemos crecido con esos valores. Igual no los tenían nuestras familias, pero estaban en la sociedad, en los medios, en la enseñanza. Y años y más años oyendo estas ideas o similares pesan; tanto que una parte importante acabamos por creerlo de manera más o menos consciente: no valemos nada. No tiene sentido que nos cuidemos, nuestra salud no importa. ¿para qué protegerse frente al vih? ¿para qué tener una actitud activa de cuidado de nuestra salud si en el fondo nos están diciendo que nuestra vida no vale nada? Esas ideas de las que la iglesia es responsable son las mismas que animan a la realización de actos homófobos. Mejor que la homosexualidad no existiera porque va contra los “planes de dios”. Somos una lacra. Y esa idea, modificada, matizada, y que parece de la edad media sigue aquí; la vemos en esas páginas web surrealistas que incitan al odio (hazte oir), en declaraciones como la de la ex secretaria de la real academia de doctores o en los actos de violencia homófoba contra los que hoy estaremos protestando en la estación de Príncipe Pio. Y este acto es también una reivindicación de nuestra salud.

Alberto Martín-Pérez
Vicepresidente y coordinador de la comisión de salud

2 Comments:

Blogger COGAM said...

y por cierto... inestimable también el papel que ha jugado la jerarquía de la iglesia junto a otras estructuras del patriarcado en la vulnerabilidad de las mujeres frente al VIH....
Alberto

6:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Acabo de oir en el programa de debate "enfoques" de la 2, a la pobre Cristina Lopez-Schlingting, acosada por las hordas laícas, denunciar que en Cartagena un profesor decidió retirar un belén, (ella dice "tiró a la basura"). Esto es, en su opinión una muestra del laicismo beligerante que se nos viene encima y de la violencia anticatólica.
Pues bien, hace unos días, la asociación Arcópoli, de estudiantes de la Politécnica de Madrid montaban un stand con motivo del uno de diciembre. Entre sus "peligrosos" materiales habia carteles, folletos y preservativos. Pues bien, una asociación de estudiantes católicos les conminó a retirar el stand y los materiales. Tras una inicial negativa y la mediación del rector, retiraron un cartel que les resultaba ofensivo (la verdad, parece que ofende, ¿o es que no es un hecho que la Botella, Rajoy, Polaino y el Papa con homófobos?). No contentos, los piadosos estudiantes católicos acudieron de nuevo al stand a retirar material para tirarlo a la basura. Y lo presentaron en su gacetucha informática casi con aires de cruzada frente al demonio de la desviación, la promiscuidad y el vicio...
¿No es un ataque violento privar a los jóvenes de información y medios para que cuiden su salud?
Estoy harto de que encima, vayan de víctimas. No son católicos, son alimañas.

11:41 p. m.  

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